Las cuatro principales escuelas
procedentes de la filosofía griega, es decir, el platonismo, el aristotelismo,
el estoicismo y el epicureismo, perduraron en el Imperio Romano. El epicureismo
es rechazado por ateo y por licencioso. Las restantes tres escuelas iniciaron
un proceso de aproximación mutua. El platonismo fue la corriente filosófica más
sólida y la que, finalmente, integró a las demás corrientes en dicho proceso de
sincretización. A partir del siglo III se convirtió en el único interlocutor
válido del cristianismo.
Esquema
1. AristotelismoEsquema
La
síntesis de Aristóteles perduró como patrimonio cultural durante el Imperio
Romano.
2. Epicureismo
Es la escuela creada por Epicuro
(341-270 a .
C.), filósofo nacido en Samos y que a la edad de 35 años fundó la escuela del
«jardín» en Atenas. Dicha escuela fue muy célebre, no sólo por las enseñanzas
del maestro, sino también porque en ella se cultivaban conceptos tales como el
de la amistad, sin exclusión de las mujeres (tal como sucedía en la Academia o en el Liceo).
Su pensamiento nace de dos
premisas base de toda su filosofía:
— En primer lugar, no debemos temer a los dioses ya que al ser tan
perfectos, no muestran ninguna inquietud por los seres humanos.
— En segundo lugar, no debemos temer a la muerte, ya que mientras estamos
en vida no tenemos sensación de la muerte, y tras la muerte el ser humano ya no
tiene sensaciones.
El epicureismo se articula en
torno a las siguientes ideas principales:
Ideas políticas: El Imperio de Alejandro Magno
extendió su influjo hacia un nuevo mundo y, aunque Atenas siguió ostentando
cierta influencia, Alejandría adquirió una enorme trascendencia. Las polis
(Ciudad-Estado) de Grecia desaparecieron y fueron integradas en el Imperio.
Dicho cambio político supuso la ruptura del equilibrio de la época anterior, un
desequilibrio que estimularía al epicureísmo en la búsqueda de nuevas
respuestas.
Según las teorías epicureístas,
el ser humano sabio no debe participar en política, puesto que ésta es fuente
de innumerables desdichas. Debe ocultarse en el círculo de sus amistades. Se
valoran la amistad y la libertad personal, y se rechaza el compromiso político.
El sabio debe tratar de lograr la autarquía, y por medio de ésta la ataraxia,
es decir, la ausencia de temor, dolor e inquietud.
Ideas morales: La moral consiste en la
consecución de la felicidad; la vida humana debe orientarse hacia la felicidad
que, en opinión de Epicuro, consiste en materializar el placer de manera
prudencial, desterrando el dolor. El placer es el principal objetivo. Pero no únicamente
el placer material —tal como le incriminan a Epicuro sus enemigos—, sino
también el placer espiritual o, aún mejor, el placer afectivo. Desterrar el
dolor, combinar los «placeres», para lograr el «placer pacifico», el perfecto
equilibrio del ánimo; la desaparición de la ansiedad y de la irritación tiene
el mismo objetivo, es decir, lograr el sosiego, la tranquilidad. El sabio no
debe marginar los placeres del sentido del gusto, del oído, del tacto y de la
vista, debe orientarlos hacia la consecución del bienestar tanto físico como
espiritual.
3. Estoicismo
Escuela
filosófica fundada por Zenón de Citio (336-264 a . C.). Sus ideas
fundamentales son:
Ideas políticas: Debe buscarse la verdadera
libertad personal, pero participando en política. Los seres humanos deben ser
políticos, pero la virtud también debe contener rudeza.
Ideas morales: La moral estoica está basada
en la eudemonia, pero la felicidad no está cimentada en el placer, sino en la
práctica continua de la virtud, en la autosuficiencia, en el autocontrol, en el
logro de la virtud que libren al ser humano del deseo de los bienes ajenos;
principalmente, en el coraje, en la imperturbabilidad que mantiene al ser
humano sereno frente a los infortunios. El primer mandamiento de la moral
consiste en vivir en armonía con la naturaleza, es decir, en consonancia con la
razón, porque lo natural se corresponde con lo racional. La felicidad consiste en aceptar el destino
desde la serenidad (actitud estoica).
Todo se halla determinado y ha
de ser aceptado tal como es. Frente al destino, la actitud serena nos
proporciona felicidad. Pero al mismo tiempo, es necesario ser implacable con
aquél que incurra en una falta; no existe lugar para el perdón, ya que ello
supondría omitir la responsabilidad del culpable.
Neoplatonismo
Se denomina neoplatonismo a la
corriente filosófica de naturaleza platónica nacida durante el siglo III d. C.
El neoplatonismo no consiste únicamente en una simple renovación de la
filosofía platónica, sino que, además del pensamiento de Platón, implica
también un intento de conciliación de los principios básicos de las demás
corrientes filosóficas antiguas, salvo el epicureísmo, y las ideas
religioso-místicas del pensamiento oriental. Fue fundado por Anmonio Saccas y
su primera interpretación corrió a cargo de Ptotino. Entre sus precursores
cabría citar a Filón de Alejandría, cuyo pensamiento influyó notablemente en el
ideario neoplatónico.
Plotino (205-270 d. C.) nació en la
ciudad egipcia de Licópolis. Durante muchos años fue alumno de Anmonio Saccas.
Formó parte del ejército del emperador Gordiano, en Siria y en Persia. Más
tarde, se estableció en Antioquía y, finalmente, en el año 245 viajó a Roma.
Fundó su propia escuela en la capital del Imperio. Su obra cumbre, Enneadas, dictada por Porfirio a su
discípulo durante su vejez, consta de seis lecciones, cada una de las cuales se
compone de nueve tratados.
El nivel más alto de su sistema
filosófico está constituido por lo Uno,
una entidad de la que no conocemos más que la existencia, porque está más allá
del ámbito de nuestro conocimiento y de cualquier realidad, aunque no sea
material. Al igual que en e1 sistema de Filón, a partir de lo Uno a del
Principio Supremo nace el Pensamiento (el Logos, el Nous) de este último surge
el alma del Mundo y, en un proceso de descenso
o degradación, todas las restantes cosas materiales.
El neoplatonismo tropieza con el
mismo obstáculo que en su día encontró el cristianismo. Si al comienzo existe
un único principio, Dios, lo Uno, ¿cómo surge la realidad diversa? Este
interrogante tiene dos posibles respuestas o los seres derivan de Dios (emanación) o surgen de la nada (creacionismo). La diferencia entre
ambas respuestas resulta de vital importancia tanto en la teología corno en la
filosofía. Si partimos de un único principio, ¿en dónde estriba la diferencia
cuando afirmamos que los seres surgen de la nada o que derivan de ese principio
por emanación?
El creacionismo establece una
profunda distinción entre Dios y los
demás seres, la teoría de la emanación (el emanantismo), por el contrario
plantea una visión panteísta de la realidad. El creacionismo expresa la
contingencia de los seres creados; el emanantismo subraya el carácter necesario de lo emanado a partir del
primer principio.
El ser humano constituye el
puente entre la materia y el mundo inteligible. La felicidad del ser humano
consiste en el recorrido hacia lo Uno. Dicho recorrido, denominado «epistrofe» por Plotino y constituido
por diversas etapas, finaliza en el «éxtasis»
que significa la total liberación del mundo sensible y la consecución de la
plena felicidad.
Así pues, el cristianismo
recurre a la autoridad y al criterio que procede de la Biblia. Los cristianos
comienzan a aceptar el origen del mundo a través de ideas ajenas a la
mentalidad griega, puesto que en esta última el Universo posee un carácter
eterno. Los griegos defienden la visión cíclica de la historia; el
cristianismo, sin embargo, justifica la visión lineal de la misma y atribuye el
origen del Universo a Dios.
Se conoce con el nombre de
Patrística a la teología cristiana elaborada por los llamados «Padres de la Iglesia ». La tarea
realizada por ellos consistió en afianzar y defender la nueva cosmovisión del
cristianismo frente a la filosofía de los gentiles (los no cristianos), y en la
medida de lo posible, conjugarla con aquélla. Desde el siglo III, los sabios de
la escuela de Alejandría emprendieron la labor de formular y fundamentar las
verdades cristianas en el contexto de la filosofía helénica, y principal mente,
del neoplatonismo, contando con la especial ayuda de éste. Este segundo periodo
concluyó con la espléndida síntesis llevada a efecto por Agustín de Hipona. A
partir de ahí se ejecutaron, sobre todo, trabajos de recopilación y
estructuración de las aportaciones de los anteriores.
Antes de iniciarnos en la
filosofía de Agustín de Hipona, conviene adentrarse en lo que el cristianismo
presenta de esencial a los ojos de aquella época. En primer lugar, explicaremos
la situación en que se hallaba la filosofía cristiana antes de alcanzar su cima
en la Edad Media.
Después hablaremos de la síntesis construida por la Patrística , es decir,
por algunos doctores de la
Iglesia anteriores a san Agustín.
a) Los nuevos puntos de
vista del cristianismo
El neoplatonismo fundamentará la
fe en la razón y afirmará que lo mostrado por la fe no se opone a la razón,
confiriéndole así al cristianismo un aspecto destacadamente positivo. Más desde
otras perspectivas, el pensamiento cristiano aparecerá bastante alejado de las
concepciones griegas.
Las filosofías helénicas
vivieron la experiencia de los límites del conocimiento. Los filósofos griegos
nunca dijeron que hubieran llegado a la verdad absoluta. El cristianismo, en
cambio, presentará una verdad indudable,
absoluta y basada en la divinidad.
En lo tocante a la historia, por
otro lado, los griegos conciben la historia como un proceso cerrado y cíclico, es decir, un movimiento en el que no puede entrar factor
nuevo alguno, y que se halla en continua repetición. Sin embargo, desde la perspectiva
cristiana, la historia posee un comienzo, pues Dios creó el mundo de la nada, y
se desarrolla linealmente
(creacionismo). El cristianismo manifiesta también la radical diferencia existente entre Dios y los
restantes entes, así como la contingencia de las criaturas. En Grecia, por el
contrario, no conocieron la idea de creación, y como mucho, manejaron la idea
de emanación —Plotino—.
Y además de ello, el Dios de los
cristianos se preocupa del ser humano y toma parte en la historia, haciéndose
El mismo hombre (Jesucristo). La encarnación de Dios sería el acontecimiento
más importante de la historia. El cristianismo presenta una nueva imagen de
Dios: un Dios creador y todo poderoso.
b) La época patrística
Los Padres de la iglesia se
agrupan de acuerdo a los tres momentos en que se inscriben:
— Apologetas: época que se extiende hasta el año 200.
— Formuladores de las doctrinas: momento que va desde el año 200
hasta el 450; los doctores encuadrados en esta época (Orígenes, san Basilio
Magno, Gregorio Nacianceno, entre otros) se encargarán de formular las
creencias cristianas de forma doctrinal.
— Regeneradores de la doctrina cristiana: tiempo que va desde el año
450 hasta el fin del movimiento patrístico; en él se intentaron reorganizar y
sistematizar las doctrinas cristianas.
La síntesis realizada por
Agustín entre neoplatonismo y cristianismo tiene su comienzo en las propuestas
de los Padres de la
Iglesia. Justino y Orígenes concibieron la fe la razón al
mismo nivel, y en esta equiparación consiste precisa mente su aporte. Aceptan,
pues, esta doble fuente de conocimiento (fe y razón). El fundamento de la
verdad será la fe, y el cometido de la razón consistirá en ayudar a la fe. Se
esfuerzan por poner a la filosofía al servicio de la fe.
FILOSOFIA
CRISTIANA
Antigüedad
|
(s. I a IV)
|
Apologetas
|
San Justino y Tertuliano
|
Patrísitica
|
San Agustín
|
||
Transición
|
(s. V a VIII)
|
Casiodoro, Boecio y San Isidoro
|
|
Escolástica
|
Inicio
|
(s. IX a XI)
|
Escoto Eriúgena y San Anselmo
|
Madurez
|
(s. XII)
|
San Bernardo, Abelardo
|
|
S. de oro
|
Aristotelismo cristiano
|
San Alberto, Santo Tomás
|
|
(s. XIII)
|
Filosofía del franciscanismo
|
S. Buenaventura y Duns Escoto
|
|
Decadencia
|
(s. XIV)
|
Guillermo de Occam
|
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