Renacimiento
y revolución científica
El Renacimiento
fue un movimiento artístico y cultural que proponía retomar los valores de la
cultura greco-romana. Nació en Italia, en el siglo XIV, y se extendió a toda
Europa durante los siglos XV-XVI.
Características
generales
— El objetivo de
los renacentistas consiste en alcanzar el nivel del arte clásico greco-romano.
Intentan volver a la medida del ser humano: el renacentista conoce a los
clásicos, el progreso de la técnica y los grandes avances científicos, y se
siente centro del universo (antropocentrismo).
— El pensamiento
renacentista defiende una visión unitaria del universo, el pensamiento y el
arte. Todo lo que ocurre en el universo puede ser razonado, puesto que el mundo
es racional.
— Surge una nueva
visión del mundo, el heliocentrismo, que arrincona al geocentrismo,
— El mecenas se
convierte en impulsor del arte y la cultura renacentistas. Desaparece el
artista anónimo y nace la figura del genio con nombres y apellidos.
— Aunque dotado
de un carácter secular, el Renacimiento no abandona a la religión cristiana y
la incluye en su visión del mundo.
— El
descubrimiento de la imprenta (Gutenberg, 1440) favorece la democratización de
la cultura. Se impulsa el uso de las lenguas vernáculas y se empieza a publicar
en dichas lenguas.
— Se defiende la
autonomía de la razón en el ámbito del pensamiento, lo cual favorece la
libertad de pensamiento. La autonomía de la razón favorece el nacimiento del
humanismo. El ser humano se convierte en tema de reflexión principal, y renacen
las ideas y principios de la antigüedad.
Antropocentrismo
El ser humano de
la Edad Media aceptaba sumisamente el orden del cosmos como creación divina, y
Dios era el centro del universo (teocentrismo). En el Renacimiento, sin
embargo, el ser humano es el núcleo del universo y dueño de su destino, y
únicamente acepta las leyes de la naturaleza (antropomorfismo). El individuo es
la referencia fundamental.
El pensamiento
renacentista valora todo aquello que procede de la condición
humana. Por un lado, existe una confianza plena en la razón, y ese es el
criterio principal a la hora de pensar y adoptar decisiones (autonomía de la
razón y rechazo de los criterios de tradición y autoridad). Por otro, se
ensalzan los sentido y los instintos, relegando a menudo a un segundo plano la
razón y la moral de la época anterior.
Revolución
científica
El nacimiento de la
filosofía moderna está estrechamente ligado al triunfo de la ciencia moderna.
Las universidades, controladas por protestantes y católicos, obstaculizaban el
libre pensamiento y eran incapaces de crear nuevas corrientes científicas o
filosóficas, labor que fue asumida por las academias.
a) Heliocentrismo. La Iglesia
defendía el geocentrismo, de acuerdo a las tesis de Aristóteles y Ptolomeo.
Copérnico, sin embargo, demostró que el Sol se sitúa en el centro del universo
y proclamó la teoría del heliocentrismo (1453).
b) Medida del
universo. La Iglesia,
siguiendo la doctrina de Aristóteles, proclamaba que el universo era finito.
Para Giordano Bruno, sin embargo, el universo era infinito y carecía de núcleo,
y defendía la existencia de vida en numerosos astros.
c) Leyes de la
naturaleza. Aristóteles creía
que no se puede analizar la física mediante las matemáticas, puesto que los
objetos físicos de la naturaleza y del universo son variables, a diferencia de
los números matemáticos, que son invariables. Kepler utiliza las leyes
matemáticas para explicar los movimientos planetarios (1609). Galileo descubre
la ley matemática del péndulo y la ley de la inercia (caída de los cuerpos y
trayectoria de los proyectiles), y llega a la conclusión de que el movimiento
no necesita ningún impulsor continuo (Dios).
El universo, por tanto, es como
una máquina que funciona por si misma sin la ayuda de Dios. Descartes se
muestra favorable a las teorías de Galileo y crea la denominada Geometría
Analítica. Según nos dice en su Discurso del método, Dios crea el universo y lo
dota de unas leyes para que evolucione por sí mismo. Estas y otras afirmaciones
de Descartes serán condenadas por las universidades de Levden y Utrecht.
Los
descubrimientos de esta época son fruto de la razón que rechaza el criterio de
autoridad. En el ámbito científico, ya no hace falta recurrir a las
explicaciones de Aristóteles, de la Biblia o (le otros pensadores de la
Antigüedad para explicar el universo, y el modelo matemático constituye la base
del saber científico y filosófico.
Descartes intenta construir una nueva filosofía, una filosofía absoluta basada en parámetros matemáticos, clara, diáfana y cierta, capaz de convencer al mayor de los escépticos. El principio de esta nueva filosofía se sitúa en la razón, y Descartes, mediante el racionalismo, establece el punto de partida de la filosofía moderna.
Descartes intenta construir una nueva filosofía, una filosofía absoluta basada en parámetros matemáticos, clara, diáfana y cierta, capaz de convencer al mayor de los escépticos. El principio de esta nueva filosofía se sitúa en la razón, y Descartes, mediante el racionalismo, establece el punto de partida de la filosofía moderna.
Absolutismo
Tres son las causas principales para su
consolidación: el carisma de los monarcas, el cansancio producido por las
guerras político-religiosas, y el apoyo de la burguesía. Sin duda alguna, las
disputas religiosas resultan determinantes en el nacimiento de los Estados
absolutistas europeos. La Paz de Augsburgo (1555), concede al
monarca la facultad de elegir la religión de sus súbditos, y éste amplía su
autoridad hasta aglutinar al poder legislativo, ejecutivo y judicial.
El pensamiento absolutista sacraliza el despotismo y la
servidumbre como principios básicos de la conducta humana, y esa conducta se
extiende a todos los ámbitos de la sociedad: familiar, laboral, político, etc.
El monarca dispone del poder absoluto por encima de sus súbditos, ajeno a todo
tipo de control o intervención exterior. Todo ello, de algún modo, influye en
Descartes, que también trata de crear un saber, una filosofía absoluta, dotada
de valor universal que pueda ser asumida por todo el mundo.
Decadencia de
la iglesia y Contrarreforma
La Iglesia
católica sufre en esta época una pérdida paulatina de poder debido a la Reforma impulsada por Lutero en el siglo XVI, al poder cada vez mayor de los monarcas y al
desarrollo de la burguesía como clase social dominante y a la confrontación de la nueva ciencia con la cosmología de la Iglesia.
Lo cual hizo necesaria la renovación de la Iglesia: La Contrarreforma, reforma interna de la Iglesia católica. Proceso llevado por el Concilio de Trento, el nacimiento de
la Compañía de Jesús y la reforma carmelita.
Racionalismo: características generales
Durante el siglo
XVII prevalecen dos sistemas filosóficos enfrentados entre sí: racionalismo y
empirismo. Para el racionalismo la razón es fuente de conocimiento y las ideas
innatas se hallan en ella; el empirismo, sin embargo, reconoce a la experiencia
como fuente de conocimiento. Ambos sistemas filosóficos, contrarios el uno al
otro, coinciden sin embargo en los principios siguientes:
— El sujeto es
núcleo y objetivo de todas las acciones, y es él el que establece la veracidad
o falsedad de todo hecho o afirmación.
̣— Los dos
sistemas parten del análisis del conocimiento vigente hasta entonces; y a
partir de ahí tratan de afirmar su certeza.
Descartes es el
creador del racionalismo moderno y para él la razón es la fuente principal del
conocimiento. El racionalismo, en ese sentido, podría definirse como la
autosuficiencia de la razón como fuente de conocimiento.
Para lograr el
conocimiento, la razón rechaza todo criterio que intente situarse por encima de
ella: no admite ni tradición, ni fe, ni autoridad. Corresponde únicamente a la
razón juzgar qué es o qué no es verdad. Según el racionalismo, los
conocimientos verdaderos y valiosos sobre la realidad nacen de la razón y del
entendimiento; puesto que son innatos, se hallan en el entendimiento desde el
mismo momento en que nacemos (los conocimientos empíricos, sin embargo, derivan
de la experiencia sensible). La experiencia ofrece a la razón únicamente
probabilidad; el entendimiento, por medio de la reflexión racional, percibe la
verdad en sí misma.
Cuatro son las
características principales del racionalismo:
— Confianza en la razón. La razón es la fuente principal de
conocimiento y la única que puede crear conocimientos válidos. En la razón se
hallan las ideas innatas, aquellas que no derivan de la experiencia.
— Subestimación del conocimiento sensible. A menudo los sentidos nos
engañan y nos llevan a cometer errores, y el conocimiento sensible no puede ser
universal, puesto que no es posible experimentar todos los casos pertenecientes
a un mismo conjunto (inducción total).
— Indispensabilidad de la ciencia universal y necesaria. Los juicios
científicos deben ser útiles en todos los casos (universalidad) y deben serlo
necesariamente. Las ciencias matemáticas, al estar constituidas a priori, se conforman de juicios que
reúnen dichas características, y la ciencia que no posee tales rasgos no puede
ser útil.
— Racionalidad del mundo. Todo acontecimiento del universo
tiene una justificación, una causa, puesto que nada ocurre por casualidad.
Pero, y aquí radica precisamente la contribución del racionalismo, dicha causa
es una característica para la razón, y puede conocerla por sí misma.
Descartes, filosofo racionalista
Descartes, filosofo racionalista
Empirismo: caracteristicas generales
Tres son los rasgos
principales del empirismo:
— La experiencia es la fuente del conocimiento. La mente humana es
una tabula rasa que hay que ir
llenando con los contenidos de la experiencia, y por ello el empirismo niega la
existencia de las ideas innatas a las que se refiere el racionalismo.
— La experiencia es el límite del conocimiento humano. Cuando vamos
más allá de la experiencia entramos en el ámbito de lo que es probable o
dudoso. Todo conocimiento es conocimiento de las ideas. Conocemos las ideas y
no las cosas. En este punto coinciden el empirismo y el racionalismo.
— La razón es razón crítica (analiza sus límites y posibilidades), y
los contenidos metafísicos son incognoscibles, ya que se sitúan fuera de los
límites de la razón.
El empirismo, desde Locke hasta Hume
John Locke
(1632—1104)
Para Locke, considerado
fundador del empirismo, todo el conocimiento se basa en la experiencia y deriva
de ella. Todas las ideas, incluidas las más abstractas, son elaboradas por
nuestra mente conforme a los datos de la experiencia sensible. La palabra idea tiene distintos significados para
Locke: a) datos sensibles, b) conceptos universales. Todo aquello que conocemos o percibimos es idea para
Locke, desde las sensaciones hasta las nociones más abstractas. No conocemos la
realidad que está fuera de las ideas, y nuestras ideas son representaciones de
esa realidad exterior. Locke distingue entre las ideas simples y las ideas
complejas.
Ideas simples.
Algunas ideas simples llegan a nuestra mente directamente de las sensaciones;
otras, sin embargo, de la reflexión. Las ideas que recibimos de las sensaciones
son de dos tipos: las que proceden de un único sentido (color, olor, forma...)
y las que proceden de diversos sentidos. Todas estas ideas, incluidas las que
derivan de la reflexión, son recibidas por la mente, no son creadas por ella.
Ideas complejas.
La mente elabora ideas complejas a partir de la combinación de ideas simples.
Según Locke, las ideas complejas pueden ser de tres clases: ideas de sustancia,
de modo y de relaciones.
Ideas de
sustancia. Son ideas complejas
formadas por diversas ideas simples. Tomemos por ejemplo una manzana. De ella
percibimos un olor, un color, una textura, una forma... Esos rasgos son rasgos
de la manzana, pero no son la manzana en sí, de tal modo que necesitamos un
substrato o esencia para describirlos.
Por último, cabe decir que
las ideas son representaciones de la realidad exterior a nuestra mente, aunque
no conocemos el mundo exterior.
George Berkeley
(1685—1753)
Berkeley se interpela a sí
mismo: ¿Cómo podemos estar seguros de la existencia del mundo exterior? Si no
conocemos ese mundo, ¿cómo podemos afirmar que las ideas son sus
representaciones? Berkeley señala la incoherencia de la teoría de Locke: para
poder decir que las ideas son representaciones del mundo exterior, deberíamos
conocer tanto las ideas como esa realidad exterior.
Berkeley intenta resolver
el problema planteado por Locke: cuando percibimos las ideas, no percibimos las
imágenes de las cosas sensibles, sino las propias cosas sensibles. Por
consiguiente, la teoría de la representación de Locke es incompatible con la
filosofía de Berkeley. Los objetos sensibles carecen totalmente de
existencia absoluta. No son entes sensibles y no tienen ser, a no ser que sean
percibidos. En la medida en que son percibidos, son.
¿Qué quiero decir cuando
digo que algo existe? Que lo veo, lo toco.., o que lo puedo ver, lo puedo
tocar... Es decir, que ha sido o puede ser percibido.
Si los seres sensibles son
ideas, únicamente pueden serlo en una mente que los contenga: en la mente de
los espíritus. Por tanto, los espíritus son las únicas sustancias y su ser
consiste en ser percibidos. El pensamiento no crea nuestras ideas, puesto que
la mente las recibe de Dios, porque Él (Dios) es la causa de las ideas.
David Hume
(1711—1776)
Al igual que Locke, Hume
también sitúa en la experiencia el origen de todos los contenidos de la mente,
aunque difieren en el significado de las palabras. Hume utiliza el término percepción para referirse a todo
contenido de la mente. Las percepciones pueden dividirse en dos categorías:
Impresiones. Son los datos captados
por la experiencia, percepciones sensibles por medio de los sentidos.
Ideas. Son las copias o imágenes débiles
que dejan las impresiones en nuestra mente o imaginación. Podemos ver un
caballo o podemos cerrar los ojos e imaginarlo en la mente; en ambos casos
percibimos el caballo, aunque existe una diferencia sustancial: la impresión
del caballo es mucho más fuerte y viva que la idea que tenemos de él en la
mente. Las ideas derivan de las impresiones y, por tanto, todo nuestro
conocimiento, según Hume, deriva de los datos inmediatos de la experiencia.
Hume, al igual que Locke,
afirma que tanto las ideas como las impresiones pueden ser simples o complejas.
La sustancia, en ese sentido, no es más que la denominación que otorgamos a un
conjunto de cualidades para poder recordarlo, y no tiene ninguna
correspondencia en el mundo real, o al menos, no tenemos razón alguna para
pensar que eso sea así.
El idealismo trascendental de Kant
1.- Datos biográficos
Inmanuel Kant nace en
Königsberg (1724), en lo que entonces era Prusia oriental y actualmente Rusia.
Muere en la misma ciudad (1804). Su vida sencilla, ordenada, metódica, carece de
interés. Cuarto de once hermanos de una familia modesta, estudió en la Universidad de su
ciudad matemáticas, física, teología y filosofía. A los treinta y un años
consiguió un puesto de profesor en la misma, donde impartió materias tan
diversas como lógica, metafísica, pedagogía, derecho natural, geografía,
física... Permaneció en ella hasta su jubilación.
Educado por sus padres, a
quienes profesaba gran admiración, en el rigor protestante de la secta
pietista, mantuvo siempre sólidos valores morales. Sus ideales liberales le
impulsaron a defender la independencia de los EE.UU. y la Revolución Francesa.
En su juventud estudió y
estuvo influenciado por el racionalismo de Leibniz y la física de Newton, hasta
que en 1762 la lectura del empirista Hume le hizo replantearse sus puntos de
vista racionalistas. En sus propias palabras: “la lectura de Hume me hizo despertar de mi sueño dogmático”. Fue lo
que le impulsó a someter a un examen crítico toda la filosofía.
Como hemos dicho, hasta
1770, bajo la influencia de Leibniz y Newton, escribe obras en las que trata de
conciliar a ambos autores, como la
Historia general de la Naturaleza y teoría del
cielo. Es el llamado período precrítico.
Entre 1770-1790 desarrolla
una nueva filosofía crítica. Tras leer a Hume trata de hallar una síntesis de
racionalismo y empirismo. Escribe sus obras más representativas e influyentes, Crítica
de la razón pura (1781, 1ª edición; 1787, 2ª), Crítica de la razón
práctica, así como opúsculos entre los que se incluye el titulado Respuesta
a la pregunta )qué es la
Ilustración ? (1784)
Desde 1790 hasta su
muerte, en el llamado período postcrítico, resuelve problemas abiertos en el
período anterior tratando de extender la crítica a cuestiones de arte,
filosofía política y de la religión, en obras como Crítica del juicio, La
paz perpetua, La religión dentro de los límites de la mera razón...
El Siglo XVIII es la época
del Despotismo ilustrado, forma que adopta el Antiguo Régimen o Monarquía
Absoluta. El poder reside totalmente en el monarca, señor de la nación. Su
lema, “todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Se apoya en una sociedad
estamental donde una clase que no tiene ningún poder, la burguesía, adquiere
cada vez mayor preponderancia. Su lucha contra la vieja sociedad se proyectará
ideológicamente en lo que se conoce como Ilustración, con su ideal de igualdad,
libertad y fraternidad que se convertirá en lema de la Revolución francesa,
con la que se pone fin al Antiguo Régimen.
Son acontecimientos
centrales, además de la
Revolución Francesa , la independencia de EE.UU., primer país
que se dota de una constitución escrita basada en los ideales de la filosofía
de la Ilustración.
Tiene lugar en 1776. El siglo termina con la revolución
industrial, que comienza en Gran Bretaña con el descubrimiento de la máquina de
vapor (James Wat).
En
Prusia gobernarán durante la vida de Kant cuatro reyes, de los cuales los más
interesantes por la incidencia que tuvieron en el pensamiento de Kant fueron
Federico II (1740-1786), monarca ilustrado, amante de la literatura y la
filosofía, protector y amigo de filósofos como Voltaire, y que convirtió a
Prusia en la quinta potencia europea; y Federico Guillermo II, su sucesor
(1786-1797), quien restaura la censura ideológica como consecuencia de los
acontecimientos de la
Revolución Francesa , y que se enfrentará a Kant por su libro La
religión dentro de los límites de la razón (1794), cuyo contenido fue
estimado como un atentado contra la religión cristiana y, por tanto, contra el
poder civil. A raíz de este suceso a Kant se le prohibió enseñar.
2.- Características generales de la Ilustración
El siglo XVIII es la época
de la Ilustración, movimiento cultural que tiene unas características
muy concretas:
Los pensadores se sienten
llamados por una misión: iluminar a la sociedad, que está sumida en el
oscurantismo, en la ignorancia, con la luz de la ciencia y el saber, que
es fruto de la razón. Antes se había empleado muchas veces la metáfora de la
luz. Pero la fuente de donde emergía esa luz era Dios o la divinidad. Era una
metáfora tan platónica como cristiana. En contraste con esta tradición, la luz
de la que hablan los ilustrados es la luz del propio esfuerzo y trabajo humano.
Es el propio hombre quien, con su trabajo y la mejora permanente de su saber,
proyecta luz a su alrededor.
La razón es exaltada hasta divinizarse: se habla de la diosa razón. Se deposita una confianza absoluta en su capacidad para aportar saber y guiar la vida humana, tanto individual como social o colectiva.
La razón es exaltada hasta divinizarse: se habla de la diosa razón. Se deposita una confianza absoluta en su capacidad para aportar saber y guiar la vida humana, tanto individual como social o colectiva.
- Es una razón crítica, que se alza contra los prejuicios, contra la tradición, contra cualquier autoridad externa.
- Es también una razón secularizadora, que somete a su dominio incluso a la religión, dando en ocasiones lugar a un movimiento antiteológico y antirreligioso.
- En resumen, se busca una razón autónoma, que conduzca a los hombres a salir de su minoría de edad, de su incapacidad para servirse de las facultades cognoscitivas y confiar en la razón sin imponer a esta otros límites que los que marque su propia naturaleza. Se pasa de un orden basado en Dios a un orden basado en el hombre. El hombre está solo y se siente responsable de sus obras. Conociendo sus capacidades, podría usarlas responsablemente, sin llevarlas más allá de sus límites.
El origen de este movimiento es Inglaterra, que
aporta el modelo de una nueva ciencia, la física de Newton, así como un nuevo
sistema de pensamiento político, el parlamentarismo y la división de poderes.
En los últimos siglos, desde 1525, como consecuencia de las guerras religiosas,
no era posible reconstruir en Europa una autoridad basada en la religión. Dado
que la religión era motivo de separación y de guerra, había que buscar otros
campos en los que se pudiera cooperar. Ese campo parecía ofrecerlo la ciencia
que, con Newton, se presentaba como una construcción muy estable, aceptada por
todos. Locke, en filosofía, muestra que ésta es fruto de la razón humana, que
puede, a partir de la experiencia, elaborar complejos sistemas de ideas.
La Ilustración se desarrolla en Francia, donde se caracteriza por su carácter progresista y el predominio del enciclopedismo con autores como Montesquieu, Voltaire, Rousseau. Culmina en Alemania, impulsada por monarcas como Federico II de Prusia, y cuyo máximo exponente es Kant.
La Ilustración se desarrolla en Francia, donde se caracteriza por su carácter progresista y el predominio del enciclopedismo con autores como Montesquieu, Voltaire, Rousseau. Culmina en Alemania, impulsada por monarcas como Federico II de Prusia, y cuyo máximo exponente es Kant.
Tanto la ciencia de Newton como la filosofía empirista ganan la
suficiente aceptación en Europa como para convencer a las mejores naturalezas
de que aquél era el camino para ordenar el mundo. Fueron como las dos palancas
en las que el hombre del siglo XVIII encontró el punto de apoyo para creer en
sí mismo.
3.
- Kant y la Ilustración: Sapere aude
Sapere aude es una expresión del
latín que se traduce como «atrévete a
pensar». También suele interpretarse como ten el valor de usar tu propia
razón. Su divulgación se debe a Kant, pues la utilizó en su artículo «Respuesta a la pregunta ¿Qué es la
Ilustración?».
En opinión de Kant, es la autonomía, la capacidad de adoptar
decisiones personales lo que diferencia al ser humano de las demás criaturas.
Actuar de forma autónoma, dejando atrás la minoría de edad, demuestra que el
ser humano ha alcanzado la madurez, es decir, que el individuo se atreve a
pensar por sí mismo, que posee criterios propios y que es independiente. Actuar
de forma autónoma significa dejar de hacerlo según opiniones ajenas que uno no
llega a interiorizar; significa abandonar la heteronomía.
Por otro lado, Kant piensa
que la Ilustración, es la época en la que el ser humano debe dejar atrás su
minoría de edad y comenzar a pensar por sí mismo.
He aquí lo que dice Kant
en el artículo mencionado: «La Ilustración es la liberación del hombre de su
culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de
su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su
causa no reside en la falta de inteligencia, sino de decisión y valor para
servirse por sí mismo de ella, sin la tutela de otro. Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!: he aquí
el lema de la Ilustración».
4.
- Kant y la Ilustración: Uso público y privado de la razón
Kant habla del uso público
y privado de la razón en algunas de sus obras, como en Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración? y en Historia de la filosofía.
Según la filosofía
kantiana, el uso público de la razón implica una libertad total y sin límites,
mientras que el uso privado puede tener limitaciones.
En palabras de Kant, el
uso público de la razón se produce cuando alguien, en cuanto docto en una
materia determinada, hace uso de su razón ante el gran público o ante el mundo
de sus lectores. El uso privado de la razón es la utilización que uno hace de
la misma en un determinado puesto civil o de la función pública.
Para aclarar esos
conceptos, Kant utiliza tres ejemplos, el de un oficial de la armada, el de un
ciudadano y de un sacerdote, que explicaremos brevemente:
- Un oficial de la armada tiene que obedecer siempre las órdenes de sus superiores (uso privado de la razón). Ahora bien, no se le puede prohibir que, en cuanto docto y entendido en la materia, argumente sobre el objetivo y el beneficio de esas órdenes, y realice cuantas observaciones pueda y quiera acerca de los defectos del servicio militar ante su público, para que sea ese último el que juzgue (uso público de la razón).
- Un ciudadano no se puede negar a pagar los impuestos que le son asignados (uso privado). Ahora bien, tal ciudadano no actúa en contra de su deber si, como docto, manifiesta públicamente su pensamiento sobre la inconveniencia o injusticia de tales impuestos (uso público de la razón).
- Un sacerdote debe cumplir las órdenes de la Iglesia a la que sirve, y debe catequizar a sus feligreses según la doctrina oficial de la Iglesia, puesto que ha sido admitido en la institución bajo esa condición (uso privado). Sin embargo, como docto, tiene plena libertad e, incluso, el deber de comunicar al público sus pensamientos acerca de los defectos de tal doctrina, así como de hacer propuestas para el mejoramiento de la institución eclesiástica.
En caso de no querer
cumplir las normas o leyes, sólo les queda abandonar la armada, la sociedad o
el sacerdocio. Según Kant, en el ámbito del uso privado de la razón no hay
libertad. Hay que limitar el uso privado de la razón para proteger a las
instituciones
A pesar de todo, la falta
de libertad del uso privado de la razón no impide la Ilustración, siempre y
cuando exista libertad para informar, pensar y expresar públicamente las ideas.
5.- Kant y la Ilustración : autonomía
moral. Caesar non est supra gramaticos
Kant parte de la
afirmación de que la moral es un hecho. Es un hecho que encontramos en nuestra
conciencia la ley moral, que “nos
es dada como un hecho de la razón pura del que tenemos conciencia a priori, y
que se nos presenta como indudablemente verdadera, que no puede demostrarse por
ninguna deducción, pero que consta por sí misma”.
El problema que se plantea
la Crítica de
la Razón Práctica
es: ¿Basta la razón pura por sí sola para determinar la voluntad, es
decir, para fundamentar la ley moral y el deber? Si así fuera,
estaríamos en un ámbito totalmente distinto al de la Naturaleza. En
efecto, en la Naturaleza ,
mundo de los fenómenos regido por leyes necesarias, no hay lugar para el deber
ser, sino únicamente para lo que es. Por este motivo, la Naturaleza sólo nos
ofrece motivos y estímulos que nos impulsan al querer, pero no al deber.
Los principios que
fundamentan la vida moral han de buscarse, consecuentemente, en la razón.
Además, piensa Kant, esos principios han de ser objetivos, es decir,
necesarios y universales, han de ser leyes que rijan el obrar ético. A este
propósito Kant distingue dos tipos de principios prácticos:
·
Máximas: cuando valen sólo para un sujeto en particular. Tienen validez
puramente subjetiva.
·
Leyes: se consideran objetivos, es decir, válidos para la voluntad de todo
ser racional.
Supuesto esto, nos
encontramos con dos tipos de morales:
La segunda de estas
formulaciones es la fórmula de la autonomía de la voluntad. Significa
que la voluntad debe ser libre. La libertad significa que la voluntad no
está condicionada por ningún elemento exterior a la voluntad misma (deseos,
placeres, Dios, la sabiduría...), sino por un imperativo o ley que ella se da a
sí misma. La voluntad misma, y no ninguna autoridad externa, es su propia
legisladora. Por eso, ley y libertad para Kant se identifican: ser libre es
actuar sometido a la ley que la voluntad se da a sí misma: paradójicamente, voluntad
libre y voluntad sometida a la ley coinciden.
El
bien y el deber
La moral kantiana, sin
embargo, no elimina el concepto de “bien”. Afirma únicamente que el fundamento
de la ley moral no es el bien, sino, al contrario, es la ley la que
determina lo que es bueno. Podemos decir que se da aquí un giro
copernicano semejante al de la primera Crítica.
La voluntad debe actuar
movida únicamente por el respeto a la ley. En esto consiste la virtud,
la cual es merecedora de la felicidad. Es la virtud, unida a la felicidad, el
“supremo bien del hombre”.
Los
postulados de la razón práctica
Ni la virtud ni la
felicidad están al alcance inmediato del ser humano: la buena voluntad no es la
voluntad santa, que es privativa de Dios. El hombre es un ser limitado, movido
por el respeto a la ley pero también por los deseos. Además, la relación entre
virtud y felicidad no es automática, pues la virtud no es suficiente garantía
para alcanzar la felicidad. De ahí que Kant afirme que el orden moral postula
necesariamente:
·
La inmortalidad del alma como garantía de un progreso indefinido en la virtud.
·
La existencia de Dios como garantía de que virtud y felicidad han de coincidir finalmente.
·
La libertad, sin la cual no podemos hablar de responsabilidad ni de valor moral.
La razón práctica
establece así verdades que la razón teórica no puede llegar a “conocer” sino
únicamente a “pensar”. No hay aquí contradicción. La razón práctica no
nos lleva al “conocimiento”, sino a una “fe racional”. La fe no es certeza de
conocimiento. Por eso el esfuerzo moral tiene sentido. Los postulados no
permiten decir “yo sé”, pero hacen razonable que podamos decir “yo quiero”: “El
hombre honesto puede decir: quiero que exista un Dios, que mi existencia
en este mundo sea una existencia en un mundo racional, y, finalmente, que mi
duración sea infinita. Me adhiero firmemente a ello, y no me dejo arrebatar mi
creencia”. (Crítica de la razón práctica)
Otros apuntes sobre esta cuestión
Otros apuntes sobre esta cuestión
Postura contraria sería la de Nietzsche:
6.-
Racionalismo y empirismo en Kant
Los filósofos anteriores a
Kant se dividían en racionalistas y empiristas, y se diferenciaban por la
epistemología (episteme = conocimiento, y logos = teoría; es decir, la teoría
acerca del conocimiento): El racionalismo afirma que los conocimientos
provienen del entendimiento, y que, por tanto, son espontáneos y no surgen de
la experiencia. El empirismo, en cambio, afirma que todo conocimiento viene de
la experiencia y que se adquiere gracias a datos demostrables, antes de cuya
adquisición, el entendimiento es una tabula
rasa o una especie de pizarra en blanco. Por tanto, todos los conocimientos
se consiguen a posteriori.
La filosofía crítica de
Kant tiene como uno de sus temas principales el de las posibilidades de
conocer que tienen nuestras facultades cognoscitivas. Antes de pretender
conocer la Realidad
y el Hombre, como han venido haciendo los filósofos anteriores, hay que
determinar si tal conocimiento está a nuestro alcance, si nuestras facultades
de conocimiento, y particularmente la razón, nos permiten conocer acerca de
cualquier tema.
A través de la historia
del pensamiento, desde los griegos, se han ido dando muchas interpretaciones
de la razón. Concretamente en su época, Kant observa un antagonismo en las
interpretaciones de Racionalismo y Empirismo. El primero pretende
que la razón sola, al margen de la experiencia, puede conocer la verdad; el
Empirismo, por su parte, reduce todo el conocimiento a la experiencia y
desemboca así en una postura escéptica, no sólo respecto de los grandes temas
de la Metafísica ,
Dios, alma, mundo, sino también de la ciencia en el caso de Hume.
El pensamiento kantiano
supera el racionalismo y el empirismo. Según el filósofo, todos nuestros
conocimientos parten de la experiencia. En el tiempo, ninguno de ellos la
precede, sino que comienzan con ella. Sin embargo, criticando también esa
posición empirista, Kant añade que aunque es verdad que todos nuestros
conocimientos comienzan con la experiencia, no todos proceden de ella.
De esa manera, mediante el
criticismo, la filosofía kantiana supera el antagonismo de las posiciones
racionales y empiristas, y asimila lo más positivo de cada una de ellas.
Por lo tanto, Kant sigue
la tradición de Aristóteles cuando menciona que la ciencia ha de ser un conocimiento
universal y necesario, y llega a la conclusión de que las tradiciones
racionalistas y empiristas hacen imposible considerar la metafísica una
ciencia.
Así pues, Kant, a favor
del racionalismo, mantiene la convicción de que en la mente hay algunos contenidos
que tienen carácter universal y que son anteriores a la experiencia. A favor
del empirismo, en cambio, afirma que esos contenidos a priori hay que aplicarlos en la experiencia.
Este juicio crítico
al que se someten nuestras facultades cognoscitivas, particularmente
la razón, es necesario, además de por las razones filosóficas e
históricas comentadas, porque en su época mucha gente vive de modo no
ilustrado, de espaldas a la razón, en “minoría de edad”, es decir, oprimidos o “tutelados” por agentes externos
a la razón misma (prejuicios, tradiciones, costumbres). Sometiendo a juicio
crítico a la razón misma reconoceremos cuáles son sus posibilidades y sus
límites internos, sin nada exterior que la comprima.
En definitiva, le falta a
sus contemporáneos libertad, que sólo es proporcionada por el uso
de la razón porque sólo esto permite a la gente alcanzar la “mayoría
de edad”.
Esta crítica permite al
hombre plantearse el sentido de su vida y preguntarse por los fines o intereses
últimos, que, para Kant, se resumen en cuatro problemas principales:
1. ¿Qué puedo conocer? A él responde su
primera obra crítica, la Crítica de la Razón Pura.
2. ¿Qué debo hacer? Es el problema de la
moral, o, en palabras de Kant, de los principios y condiciones necesarios para
que el ser humano pueda actuar con libertad. Se responde al mismo en la Crítica de la Razón Práctica.
3.
¿Qué me cabe esperar? Problema del destino del hombre, y de las condiciones y posibilidades
de su realización a través de la Historia. Responden al mismo la Religión y la Historia. La
religión dentro de los límites de la razón, Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración ?, Esbozo
de una Historia Universal desde el punto de vista burgués cosmopolita, La paz
perpetua.
4.
¿Qué es el Hombre? Pregunta que sintetiza las anteriores porque, en definitiva, de lo que
se trata es de hacer una clarificación racional al servicio de una Humanidad
más libre.
7. – El criticismo de Kant: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué
me cabe esperar?
En
opinión de Kant, toda filosofía es una acción especulativa cuyo objetivo es dar
respuesta a esas cuestiones, más una cuarta, ¿Qué es
el ser humano?, síntesis de ellas.
La
primera cuestión, a la que el filósofo alemán responde en las obras Crítica de la razón pura y Fundamentación de la metafísica de las
costumbres, se puede relacionar con la naturaleza, la capacidad y las
limitaciones del conocimiento.
La
segunda corresponde a la actividad humana, al problema ético, y de ella trata
en la Crítica de la razón práctica y
la Fundamentación de la metafísica de las
costumbres.
La
tercera pregunta está relacionada con la cuestión religiosa, de la que se
encarga en La religión dentro de los
límites de la razón y, en menor medida, en Crítica de la capacidad de juzgar.
Por
último, la cuarta cuestión trata sobre el ser humano. Antropología e Idea de una
historia universal son, entre otras, obras en las que escribe sobre ese
tema.
7.1 ¿Qué puedo conocer?
El
objetivo principal es analizar y juzgar la razón, para observar si las
interpretaciones antagónicas realizadas en torno a ella son posibles. Entre
tales interpretaciones, se encuentran el dogmatismo racionalista, el
positivismo (cuya última expresión es el escepticismo) y el irracionalismo (la
hipervaloración del sentimiento). Frente a esas tres interpretaciones
incompatibles de la razón, Kant estima indispensable analizar y juzgar la
propia razón.
Dentro
de ese análisis, la filosofía kantiana distingue tres facultades cognitivas: la
sensibilidad, el entendimiento y la razón. La sensibilidad es pasiva, y no hace
más que percibir impresiones. El entendimiento es activo, y crea, de forma espontánea,
ideas o conceptos que no nacen de la experiencia, tales como sustancia, causa,
necesidad, existencia, etc. Kant utiliza esos conceptos para conocer, ordenar y
unificar los objetos de la experiencia, y, por supuesto, no se pueden aplicar a
nada que quede fuera de la experiencia.
Esta
teoría kantiana se diferencia del empirismo, puesto que según esa corriente,
todos los conceptos adquiridos parten de la experiencia. Sin embargo, Kant
opina que el entendimiento cuenta con ciertos conceptos que no proceden de la
experiencia, aunque su única aplicación válida resida en ella. De todas
maneras, esos conceptos espontáneos no se pueden aplicar a los contenidos metafísicos,
puesto que, en ese caso, no existen datos comprobables sobre los mismos. En
consecuencia, la metafísica no puede considerarse una ciencia.
La
tercera facultad cognitiva es la razón, que, según Kant, posee tres ideas
reguladoras: el alma, el mundo y Dios. La función de esas ideas es activar la
razón. La idea de alma’ expresa el poder de la razón para conocer la
experiencia interna, y la «idea de mundo» la posibilidad de conocer la
experiencia externa, pero hay que tener en cuenta que nunca se podrán adquirir
todos sus contenidos, y, precisamente, es la «idea de Dios» la que justifica
esa imposibilidad, esas limitaciones de la razón.
7.2. ¿Qué debo hacer?
En
sus obras Crítica a la razón práctica y Fundamentación de la metafísica de
las costumbres, Kant plantea la cuestión ética, es decir, analiza qué debe
hacer el ser humano y cómo debe encaminar su conducta. En opinión de Kant, la
razón práctica consiste en la racionalidad humana, y no está dirigida a la
especulación teórica, sino a la acción; es decir, a la conducta o el
comportamiento.
Toda
norma moral es una orden. Así, la filosofía kantiana hace una distinción entre
la orden hipotética y la orden categórica. Las órdenes hipotéticas son aquellas
que obligan a realizar una acción cori el fin de alcanzar un objetivo; por
ejemplo, "para aprobar, debes estudiar". Según Kant, ese tipo de órdenes no
sirven para fundamentar la ética; hacen falta órdenes categóricas, que
contengan la formulación siguiente: «Actúa como si quisieras que la norma que impulsa
tu acción se convirtiera en norma universal». Es decir, debo actuar de tal
forma que mis acciones pudieran ser consideradas siempre y en todo momento
modelos de actuación universalmente válidos.
7.3. ¿Qué puedo esperar?
Kant
responde a esa pregunta mediante la religión, interpretándola desde el
agnosticismo o la religión natural (deísmo). La obra principal en la que trata
sobre ese tema es La religión dentro de los límites de la razón. En el tercer
capítulo de su Crítica a la razón pura, es decir, en el apartado Dialéctica
trascendental (analiza las tres ideas reguladoras —alma, mundo, Dios— de la
razón, tercera facultad cognitiva), Kant afirma que la metafísica no se puede
considerar una ciencia, pues no existen datos comprobables sobre sus contenidos.
Por tanto, defiende la religión natural, en la que, cree, reside la solución a
los conflictos interreligiosos de la época.
La
religión adquiere categoría de salvación. Si actúo como debo, tendré derecho a
que Dios me ofrezca la felicidad a cambio de mi virtud. La religión, según
Kant, es racional, compatible con la ética; defiende la religión natural y no
acepta la religión revelada.
La
religión natural está conformada por las características principales de las
tres religiones con mayor influencia en el mundo occidental. Tras analizar el
cristianismo, Kant se da cuenta de que es posible convertirlo en una religión
natural. Mediante ese análisis, lleva a cabo una interpretación racionalista
del cristianismo, cuyas ideas principales son las siguientes:
— Naturaleza
contradictoria del ser humano. Por un lado, el ser humano tiende a hacer el
bien y cumple la ley moral. Por otro lado, también tiende a hacer el mal, y
convierte el amor propio en criterio de valoración moral. La función del
cristianismo es conseguir, mediante la pedagogía moral, que el ser humano deje
de amar- se a sí mismo y cumpla las normas morales.
—
Jesucristo, modelo de la moral del ser humano. La fe en Cristo induce al ser
humano a cumplir la ley moral.
—
La Iglesia, Estado ético. Kant opina que la Iglesia es el Estado ético, una
república universal regida por la ley de la virtud (Kant fue educado en el
pietismo).
La
religión surge gracias al uso público de la razón y consiste en aceptar todas
las obligaciones encomendadas por Dios, con el fin de alcanzar la felicidad
algún día. La religión de la Ilustración, el deísmo, es una religión sin dogma,
sin cultura y sin organización eclesiástica.
Kant y la Ilustración
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Respuesta a la pregunta ¿qué es la Ilustración?
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